Reflexión y Reconstrucción Tras el 8M en Monterrey
El pasado 8 de marzo, Monterrey fue testigo de una marcha histórica en conmemoración del Día Internacional de la Mujer. Sin embargo, este evento dejó algunas secuelas en el primer cuadro de la ciudad, donde negocios y monumentos se vieron afectados por actos de vandalismo. Aunque los daños fueron menores en comparación con años anteriores, el impacto generó una reflexión colectiva sobre la importancia de manifestarse de manera pacífica y respetuosa.
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) realizó una inspección detallada en la Explanada de los Héroes, donde se encontraron grafitis en algunas zonas ya alteradas previamente. Martha Ávalos, titular del INAH en Nuevo León, destacó que los daños fueron mínimos y no justificaron el uso del seguro correspondiente. “Afortunadamente, los monumentos y edificios históricos no sufrieron afectaciones graves”, comentó.
Cabe destacar que, en esta ocasión, una empresa contratada por el Gobierno del Estado ya se encontraba realizando labores de limpieza y restauración cuando el personal del INAH llegó al lugar. “Supervisaremos los trabajos y, de ser necesario, emitiremos recomendaciones para garantizar que todo quede en óptimas condiciones”, agregó Ávalos.
A pesar de los incidentes, la delegada del INAH resaltó que los daños fueron significativamente menores en comparación con las marchas anteriores. “Recordamos que en ocasiones pasadas hubo destrozos en fachadas y esculturas históricas, pero esta vez los afectaciones se limitaron a áreas ya intervenidas”, explicó.
Por su parte, algunos comerciantes y ciudadanos expresaron su descontento ante los actos de vandalismo. “Es lamentable que, en medio de una lucha tan importante como la igualdad de género, se cometan este tipo de actos que no nos representan como mujeres”, comentó una de las afectadas.
La marcha del 8M es un recordatorio de la importancia de alzar la voz por los derechos de las mujeres, pero también es una oportunidad para reflexionar sobre la forma en que llevamos a cabo estas manifestaciones. La lucha por la igualdad debe ser pacífica y respetuosa, sin dañar el patrimonio cultural ni afectar a quienes no tienen relación con los hechos.
Monterrey demuestra una vez más su capacidad para levantarse y reconstruirse. Con el trabajo conjunto entre autoridades, empresas y ciudadanos, la ciudad pronto recuperará su esplendor. Este 8M nos deja una lección clara: la verdadera fuerza de la lucha está en la unidad, el respeto y la conciencia colectiva.
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