La Selección Mexicana Extiende su Sequía: Empate con Ecuador Refleja una Crisis de Juego y Ambiente
Bajo un ambiente frío y con un grito homofóbico empañando la noche, la Selección Mexicana sumó su cuarto partido consecutivo sin conocer la victoria, al empatar 1-1 con Ecuador en el Estadio Akron. El encuentro, que inició con la alegría temprana de un gol, terminó sellado por los abucheos y el contundente reclamo de la afición: “Fuera Aguirre”.
El Tri salió al campo con la intención de romper la mala racha y encontró un gol rápido al minuto dos. Un error defensivo de Ecuador fue capitalizado por Germán Berterame, quien con un remate preciso estrenó su cuenta goleadora con el combinado nacional. Sin embargo, la ilusión duró poco.
La respuesta de la “Tri” no se hizo esperar. Al minuto 20, el árbitro señaló el punto penal tras una falta de Raúl Rangel sobre Enner Valencia, decisión confirmada por el VAR. Jordy Alcívar se encargó de transformar la pena máxima, estableciendo el marcador definitivo en un partido que se caracterizó por ser ríspido y con pocas claridades en el juego.
A pesar de dominar la posesión del balón, el equipo dirigido por Javier Aguirre volvió a mostrar una profunda falta de efectividad. Las ideas en ataque parecen escasas y el cuadro mexicano no logra traducir su control del esférico en oportunidades de gol claras o en resultados favorables.
El escenario no ayudó. Con 41,235 espectadores y notorios huecos en las gradas, el ambiente en el Akron –sede de uno de los partidos de México en el Mundial 2026– distó de ser el óptimo. La situación se agravó en la recta final, cuando un sector de la afición lanzó el polémico grito homofóbico hacia el portero ecuatoriano Hernán Galíndez, un acto reprobable que opacó el espectáculo deportivo.
La combinación de un fútbol decepcionante y un comportamiento antideportivo de parte de la hinchada pintó un panorama preocupante. El silbido final no solo certificó otro resultado negativo, sino que confirmó la urgencia de un cambio profundo: la Selección Mexicana necesita recuperar su rumbo dentro del campo, mientras que su afición debe elevar el nivel de su apoyo, dejando atrás las conductas que manchan la imagen del país a menos de dos años de ser anfitrión del mayor evento futbolístico.
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