La Alegoría de la Independencia regresa a su lugar en el emblemático Arco de Monterrey
En una operación cuidadosamente coordinada durante la madrugada del domingo 27 de julio, la icónica Alegoría de la Independencia, una imponente estatua de cobre de seis metros de altura, fue reinstalada en la cúspide del Arco de la Independencia, culminando así una etapa clave en el proceso de restauración integral de este monumento histórico.
El operativo, supervisado por la Secretaría de Cultura de Nuevo León y su titular Melissa Segura Guerrero, contó con el apoyo de Protección Civil, Fuerza Civil y autoridades de tránsito, garantizando que la delicada maniobra se realizara sin contratiempos.
Un símbolo histórico recuperado
Inaugurado en 1910 como parte de las celebraciones del Centenario de la Independencia, el Arco de la Independencia es una obra del arquitecto Alfred Giles, diseñada bajo el estilo neoclásico academicista que caracterizó la época porfiriana.
Como parte de los festejos por los 200 años de Nuevo León como estado libre y soberano, el Gobierno del Estado emprendió un ambicioso proyecto de restauración dividido en dos etapas:
- Intervención en las esculturas metálicas (incluyendo la Alegoría).
- Restauración de los elementos pétreos (actualmente en fase final).
Detalles de la restauración
La Alegoría de la Independencia fue sometida a un minucioso proceso de conservación, que incluyó:
- Limpieza fisicoquímica y eliminación de pátinas corrosivas.
- Refuerzo estructural con soldaduras especializadas.
- Sustitución de tornillería por piezas compatibles.
- Aplicación de capas protectoras contra la corrosión.
Estos trabajos se realizaron en la Nave Lewis del Parque Fundidora, bajo la supervisión del restaurador José Morales Zúñiga y un equipo de especialistas.
Un legado para el futuro
Al concluir la reinstalación de la escultura, Melissa Segura Guerrero destacó la importancia de preservar este patrimonio:
“El Arco de la Independencia es un símbolo de identidad para Nuevo León. Con estos trabajos, aseguramos que las futuras generaciones puedan admirarlo en todo su esplendor.”
Con la segunda etapa de restauración próxima a concluir, el Gobierno del Estado reafirma su compromiso con la conservación del patrimonio cultural, devolviendo a los regiomontanos uno de sus monumentos más queridos, listo para seguir siendo testigo de la historia.
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